¿Cuál es la verdadera
identidad indígena salvadoreña?
En
El Salvador la verdadera identidad indígena cada vez es menos evidente y todo esto se debe a que
dichos grupos étnicos han perdido casi en su totalidad las diferentes
tradiciones o manifestaciones de su
cultura dentro de las que se puede mencionar como mas
importantes la lengua, el vestuario, la religión y
costumbres, junto a ello también podemos agregar la confusión entre la creación
de varios personajes indígenas, tratándose
de esta manera muy difícil reconocer a
un indígena de un campesino o de un salvadoreño contemporáneo y aunque hay
diferentes monumentos en los que se hace honor a tales figuras indígenas existe la duda sobre si en
verdad existieron o si solamente fueron creadas sin ninguna referencia. Es por
ello que dentro de este artículo
conoceremos un poco acerca de tres figuras indígenas importantes para la
población, y digo para la población porque para muchos aunque no conozcan sobre
la historia de estos personajes tienden a identificarse con ellos, un ejemplo
de ello es el batallón Atlacatl.
Para
comenzar con este análisis hago referencia
a Ralph Ellison quien expresa en
su novela Invisible Man (1952) una frase hacia la raza de las personas de color en los EE.UU, la cual dice así: La sociedad sabe que están
allí, pero prefieren no mirarlos, son invisibles porque no existen como
personas, por lo que sus problemas no son los problemas de la sociedad, y es así
como también podemos comparar esta frase con la historia de El Salvador, ya que
los indígenas salvadoreños durante
varios años no han tenido mucho
protagonismo, creando así en las nuevas generaciones un cierto grado de
ignorancia y desigualdad entre las sociedades indígenas y el salvadoreño
actual, sin embargo no todo es negativo ya que existen tres monumentos en honor
a los pueblos indígenas de nuestro país, tales estructuras son denominadas
como:
Atonatl o Atonal, monumento
ubicado al occidente del país: según el artículo Atonatl, sol de agua (1524),
fue un joven guerrero y príncipe de los
pipiles que se lanzaba con sus hombres
sobre el adversario de manera ágil y rápida, fue así que este príncipe por su gran poder de combate, los adversarios temían entrar a su territorio en son de guerra, ya que
corrían el riesgo de perder, y por lo
cual mejor ingresaban con mensajes de paz y obsequios.
Huistaluxitl, quien tiene
un monumento en la zona oriental del país, es otro de los que se supone fue un líder
pipil, pero sin embargo al tratar de averiguar específicamente sobre esta
figura es muy difícil encontrar algo que pueda hacer constar que en realidad
existió y es por tal razón que de manera inmediata se generan dudas sobre la
existencia no solo de él, sino que también de Atlacatl y Atonal, ya que dentro
de otras de las diferencias que podemos encontrar son los prefijos TL que aparecen al final de los nombres de
estas figuras indígenas que supuesta mente son pipiles, pero que en realidad sus nombres provienen de
la cultura mexicana de los tlaxcaltecas y es por tal razón que puedo decir
que la verdadera identidad indígena salvadoreña en realidad es nahua-pipil, ya que durante la
conquista española este grupo de indígenas era el que pobló la zona que ahora
es El Salvador.
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